A lo largo de mi historia he tenido la oportunidad de trabajar en el desarrollo humano, en proyectos de emprendimiento y también para grandes marcas de lujo.

Al inicio de mi vida laboral parecía que mi camino estaría ligado al arte.

Siempre había practicado danza y éste fue el camino que parecía más cercano a mi pasión y propósito de vida. Sin embargo, en el camino me descubrí disfrutando más de compartir con los demás mis conocimientos y de acompañarles a descubrimientos profundos, que de la danza misma. Y así es como comienza un recorrido maravilloso a un universo totalmente distinto, el mundo de las experiencias, del soñar, del cuidado al detalle, del “Savoir Faire” pero también con el ingrediente principal: el desarrollo humano.

Para no ir a detalle, puedo decirles que mi recorrido de vida pareciera que tuvo giros inesperados. Incluso para el ojo de muchos, podría parecer totalmente  opuesto entre un periodo y otro. Porque mi recorrido, a grandes rasgos, incluye: la danza, marketing, formación para la industria de lujo, a la par del emprendimiento de un proyecto que ya tiene más de 20 años de haber nacido y que me acercó al maravilloso mundo de la fotografía.

Hace algunos años en esos periodos de reflexión y redescubrimiento, reafirme que esto que soñé desde niña sigue siendo mi mayor pasión. Así que decidí que dedicaría todo mi tiempo a descubrir nuevas formas y herramientas para potencializar el aprendizaje y tener más y mejores recursos para mis sesiones  de mentoría, consultoría y capacitación y así fue como llegué al Coaching Ontológico.